Esta vez la noticia se traslada de nuevo a Siria, donde se suceden los combates entre opositores al régimen y las fuerzas gubernamentales, tras el fallido plan de paz de Kofi Annan. El peligro reside en que, tras la última matanza de civiles (más de 100) cuya autoría aún se desconoce, el riesgo de una intervención militar en Siria está cada vez más cerca.
François Hollande, el presidente de Francia, ha declarado que no descarta una intervención militar en Siria, siempre que sea respaldada por la ONU. Su argumento principal es que no se puede permitir la masacre del pueblo sirio bajo su gobierno. Sin embargo, no se ha dicho nada acerca de los rebeldes sirios, que han asesinado a varios militares capturados leales al régimen.
Sorprendentemente, EEUU ha dicho que la intervención militar no es la solución al problema. Aunque sus argumentos han sido que eso provocaría aún mayores matanzas en el país y que se desataría el caos, la verdad es que una guerra más no es conveniente para EEUU, debido a su situación económica. Además de que nadie quiere que se repita un caso similar a la guerra de Irak.
Claro que hay métodos mucho más eficaces que una intervención militar directa para hacer caer a un país: el terrorismo dirigido. Existen ya varios indicios de que la OTAN está organizando y entrenando en territorio turco e incluso libio, a varios comandos de mercenarios para que luchen junto a los rebeldes. Estas acciones ya han sido denunciadas por el régimen de Al-Assad, mientras tanto, las embajadas son clausuradas.
El conflicto sirio aún no está resuelto, y se está prolongando demasiado en el tiempo. Mientras tanto, la población civil sufre las consecuencias tanto por parte del gobierno como de los rebeldes. Hay que encontrar una solución, que sea pacífica ante todo.
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