Egipto se enfrenta a una decisión crucial para su futuro, la elección de su próximo presidente. Pero esta vez, serán unas elecciones democráticas, no como las ocurridas años antes en las cuales solo se podía votar al partido de Mubarak. Con estas elecciones finalizarán los procesos de traspaso de poder de la junta militar al gobierno civil. Pero no todo son buenas noticias.
Egipto no vive por su mejor momento económico. La revolución trajo consigo las promesas de la libertad y la democracia, pero a un alto precio: la economía está sufriendo las consecuencias. Esto mismo pudimos ver que ocurría en Túnez, donde uno de los principales sectores, el turismo, se vio afectado debido a su revolución. Sin embargo, a pesar de la llegada de nuevas libertades la sociedad egipcia no está contenta.
La junta militar no es de agrado para el país. En un principio, la sociedad aceptó el traspaso de poder al ejército como algo necesario para una transición tranquila y pacífica, pero las acciones de los militares provocaron pronto el descontento. Por un lado, el ejército no hacía sino retrasar la fecha para el referéndum constitucional, que se celebró meses más tarde de lo previsto. Y por otro, la brutal represión que se llevó a cabo contra el pueblo.
Sin embargo los deseos del pueblo egipcio se están cumpliendo. Van a poder elegir a su presidente y con ello esperan que los militares vuelvan a sus antiguos cargos y que la economía vuelva a ser próspera. Pero Occidente permanece también en alerta ante estas elecciones, ya que podrían significar un golpe para sus intereses en la zona.
Ese peligro lo representa el partido político "Hermanos musulmanes", que con tan solo el nombre ya os imagináis sus características. Aun así, dejemos que los egipcios decidan en un nuevo ambiente de libertad.
Os dejo un vídeo en que hablan acerca de los candidatos que se presentan:
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