sábado, 30 de junio de 2012

Despidámonos de la universidad

Desde su creación, las universidades fueron para gente rica, gente con dinero suficiente como para permitirse mandar a un hijo a estudiar durante varios años. De mientras, los hijos de los obreros debían ponerse a trabajar a los 14 años para ayudar a su familia a llevar dinero a casa. Parece que irremediablemente vamos a volver a esa situación, debido a la reforma educativa con respecto a las becas.

El gobierno otorga becas a aquellos alumnos con familias de recursos limitados que necesitan un dinero extra para poder cubrir los gastos. Porque la universidad no es barata, ya que una pública, la UPV/EHU vasca por ejemplo, cuesta alrededor de 1200 euros al año. Muchas familias solicitan la beca, el gobierno examina las nóminas e ingresos y determina si entregarla o no.

Pero ahora, las becas, ademas de reducirlas en número y cantidad de dinero, tendrán que ser devueltas íntegramente si no se han aprobado un mínimo de asignaturas. Es decir, se obligará a una familia que necesita ese dinero para la educación de su hijo, a devolverlo. El gobierno dice que es para frenar el fracaso y el abandono escolar, pero si analizamos las medidas, no tienen ningún sentido.

Existen muchos casos de este tipo: familia de clase media, cuyo padre o madre se ha quedado en paro. El hijo acude a la universidad gracias a una beca concedida por el gobierno, pero a la vez debe trabajar para llevar algo de dinero a casa por lo que no puede dedicar tanto tiempo a los estudios. Si el gobierno le retira la beca, ese alumno igual debe abandonar la universidad y por lo tanto su sueño de convertirse en aquello que desea.

La educación no es un negocio, no se puede sacar beneficio de ella. La educación es uno de los pilares de un país, no podemos dinamitarlo por una cuestión de dinero.

Os dejo un video explicativo:

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