El conflicto sirio continúa su curso, en el cual se ponen en juego los intereses de numerosos países. Y esos países, para proteger esos intereses, entregan armas a uno o a otro bando. Tenemos a Rusia, que abiertamente entrega antiaéreos y blindados al régimen sirio, y luego tenemos a EEUU, que dice que no piensa entregar armas a los rebeldes sirios. Pero como casos siempre, mienten.
Un equipo de agentes de la CIA llevan varias semanas en el sur de Turquía, que hace frontera con Siria, con el propósito de entregar armas a los rebeldes sirios. Esto lo ha destapado el periódico New York Times. Pero las armas no son meros rifles, sino que les entregan lanzacohetes, armas antitanque, munición pesada, etc...
Esto se hace con el objetivo de derrocar al régimen de Bashar Al-Assad, pero no mediante una intervención militar extranjera, sino creando una guerra civil interna. EEUU no quiere intervenir directamente en Siria porque sabe que sería otro Vietnam, Afganistán o Irak, además de que el régimen sirio contaría con la ayuda económica y militar rusa. Tampoco intervienen porque saben que el ejército sirio es uno de los más fuertes y mejor preparados de la zona.
Pero el problema es que vemos como EEUU tiene una doble cara: por un lado aparece Hillary Clinton diciendo que hay que usar la diplomacia, que no van a entregar armas, etc... Y por otro lado, tenemos la verdadera cara de los americanos: grupos de inteligencia que entregan armas a paramilitares para que continúe una guerra civil en la que la población civil es la más afectada.
Seguramente el conflicto se alargue varios meses, ya que EEUU no intervendrá directamente en Siria, está ocupado reuniendo fuerzas y recursos para otro posible conflicto con Irán. Y en este caso, la cosa sería mucho peor.
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