El título es irónico, ya que no va a ocurrir ningún cambio. Por lo menos en lo que respecta a la política interior de Rusia, y especialmente respecto a su liderazgo. Como ya os habréis imaginado, me refiero a Vladímir Putin y a Dmitri Medvédev.
Primero recordemos que las elecciones presidenciales rusas fueron celebradas a principios del pasado mes de marzo. El partido que ganó las elecciones fue Rusia Unida, con el 63% de los votos a favor. Fueron unas elecciones polémicas, ya que surgieron sospechas de fraude, que fueron investigadas y que de momento no han dado conclusión. Pues bien, Putin ya está listo para asumir la presidencia, algo que hará el próximo 7 de mayo.
Pero el "cambio" no acaba ahí (disculpad mi ironía de nuevo) porque parece ser que Putin va a ceder el liderazgo del partido a Medvédev, quien optará seguramente al cargo de primer ministro. El sistema se basa en un turnismo en toda regla.
Ya daremos más adelante un repaso a la carrera política de Putin, pero la pregunta es ¿Es conveniente para Rusia que este turnismo entre Medvédev y Putin?
La respuesta es complicada. Pero digamos que de momento los planes de gobierno de Putin se basan en un programa llamado "Estrategia-2020". Consiste básicamente en que para el año 2020, Rusia sea de nuevo una potencia económica y militar en el mundo. Además de arreglar los problemas demográficos que sufre el país. Y de momento podemos decir que no va desencaminado, en ninguno de los sentidos.
Con esto no quiero mostrar mi apoyo ni a Putin ni al sistema, sino tratar de que las cosas queden claras. Espero haberlo conseguido.
Discurso de Putin tras su victoria:
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