Hoy hace 70 años que se libró una de las mayores y más sangrientas batallas de la historia: Stalingrado. El 17 de julio de 1942 los nazis atacaron la ciudad, y el asedio se prolongó durante 200 días en los que los valientes soldados soviéticos y la población sufrieron todo tipo de calamidades. Éstas no fueron llevadas a cabo sólo por los nazis, sino también por el frío (fue el invierno más frío de los últimos años) y el hambre.
El precio fue muy alto: 1,1 millones de soldados y oficiales soviéticos perdieron la vida por luchar contra el nazismo. Aunque la derrota que sufrieron los nazis en esta ciudad fue el principio del fin de su régimen, ya que a partir de ese momento el ejército soviético avanzaría sin descanso liberando a los pueblos y llegando hasta Berlín.
La ciudad no solo era un importante lugar estratégico desde el cual acceder a los campos de petróleo, sino que también era un símbolo. Un símbolo de resistencia frente a la barbarie nazi, que ya se había cobrado cientos de miles de vidas en el resto de Europa. La batalla llegó a considerarse un combate personal entre Hitler y Stalin.
Hoy los rusos conmemoran la batalla y a sus héroes con un gran desfile militar, y como ha declarado el presidente Vladímir Putin: "Tenemos que emprender todos los esfuerzos para que la memoria de la batalla de Stalingrado, su verdad, nunca se desvanezca".
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